PARA REFLEXIONAR SOBRE LA NAVIDAD
El Pontífice denunció "por desgracia" en la sociedad actual la Navidad está perdiendo su "profundo valor religioso", y pidió a los cristianos que se muestren más activos con los más necesitados.
¿Tendrá nuestro País una realidad como esta? ¿tendremos una navidad donde no hay sensibilidad sobre la vida del que sufre?
En la noche en la que todas las estrellas prestan su luz al astro de Oriente, numerosos cristianos de los cinco continentes se arrodillarán durante la misa de Nochebuena en el momento de la recitación del Credo al alcanzar las palabras:«.. y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen, y se hizo hombre... »
«Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.» (Lc 2,6-7)
En la Nochebuena, volvemos a escuchar este relato entrañable, escrito hace dos mil años por un excelente narrador: San Lucas evangelista. Sigue teniendo una sorprendente actualidad.
ES BUENO MEDITAR EN ESTAS DOS PREGUNTAS :
¿Cuál es su mensaje?
¿Qué nos dice el relato navideño?
Es una palabra de paz para todos los hombres de buena voluntad. Escuchémoslo nuevamente.
Lo que ocurre en Belén es un preanuncio del mensaje fundamental del Evangelio, que Lucas pondrá en boca de los misteriosos personajes que custodian la tumba vacía de Jesús: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?» (Lc 24,5).
Ya el autor del libro de la Sabiduría invocaba al Dios de Israel, con esta sentida oración: «Tú eres indulgente con todos, ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida.» (Sab 11,26)
En nuestro tiempo, el recordado Papa Juan Pablo II acuñó la expresión: el «Evangelio de la Vida». Se trata -escribía- de «una realidad concreta y personal, porque consiste en el anuncio de la persona misma de Jesús, el cual se presenta al apóstol Tomás, y en él a todo hombre, con estas palabras: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6).» (El Evangelio de la Vida, 29).
Dios ama la vida. Él es el creador y el que restaura la vida. Y, porque la Vida, en Jesús, se ha se nos ha manifestado (cf. 1 Jn 1,2), nosotros anunciamos al mundo el Evangelio de la Vida.
Es necesario Dios para que nos ilumine nuestro caminar; pero El también necesita que nosotros aportemos un poco de luz en medio de tanta tiniebla.
MUCHAS BENDICIONES EN ESTA FIESTAS DE NAVIDAD.
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