El sentido del adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor, la Iglesia hace un llamado a adorar al Rey que viene, al Señor que se acerca, al Señor que está cerca.
Jesús no llega a los corazones que no quieren ser distintos. Por eso, el Adviento es un tiempo propicio para dialogar con nuestras familias, nuestros padres, hijos y hermanos, de conocerlos más para amarlos más. También es un tiempo para la oración, para la meditación en familia. Es oportuno, además, reflexionar sobre el amor, la paciencia, el perdón, la solidaridad, la justicia… por lo tanto, es importante intensificar nuestra práctica de caridad.
Hoy en día, es impresionante cómo nos invade el consumismo, ese afán de comprar cosas, regalos para compartirlos con la familia o para regarlos a amigos, es sorprendente como se gasta dinero, a tal punto de ser preso del consumismo, se nos vuelve una obsesión el adquirir cosas muchas veces innecesarias, gastamos más de lo que debiéramos y lo sorprendente es que nos quedamos conforme en lo que invertimos. Por el contrario, los días próximos a la Navidad, son propicios para realizar prácticas de caridad, justicia y solidaridad que nace del amor hacia las demás personas: entre estas prácticas podemos hacer colectas de víveres, ropa, juguetes, con el fin de donarlos a los más vulnerables de la sociedad. Es necesario entonces, preguntarse: Como parroquia y comunidad cristiana, ¿estamos organizando prácticas de caridad para vivir intensamente el adviento? ¿Qué puedo hacer yo, por el que sufre la injusticia, por el que tiene hambre material y espiritual? Esperar y rezar no basta, debemos comprometernos a luchar, practicar y esperar.
Eso es el Adviento, preparar nuestros corazones para que Cristo entre en ellos. Pedirle que llegue, pero no como algo mágico, sino como parte de una verdadera propuesta de cambio en nuestra forma de vivir.
Estamos seguros que si fluyen estos sentimientos de amor, servicio, humildad y alegría, ganaremos mucho más que cualquier regalo en el mundo; por lo tanto, el Adviento no es simplemente pasar el tiempo esperando la Navidad. El Adviento es un espacio para reflexionar y ser partícipes de la llegada del Señor.