Un grupo de 30 persona asistió a la formación de equipos de animacion misionera que se realizo en las instalaciones del Colegio Eucarístico. El tema que se reflexiono fue:
LA COOPERACIÓN MISIONERA. El tema se abordo desde tres niveles: nivel espiritual, nivel material y recurso humano.
El objetivo de abordar este tema es proyectar la Parroquia fuera de nuestras fronteras (Bonanza Nicaragua).
Concretamente se realizaran dos actividades: una maratón coordinada por el equipo de animación Parroquial, lo recaudado en esta actividad será una parte para ayudar materialmente a la parroquia de Bonanza (Nicaragua) al padre Edgardo Rodriguez que por un tiempo fue vicario de la parroquia el Calvario junto a este servidor; la otra parte servirá para apoyar económicamente al equipo que irá a Nicaragua, nuestra propuesta es salir el 13 de diciembre.
Veo a muchos con deseo, yo como Párroco pienso ir a la cabeza, queremos tener el primer contacto con esa Parroquia hermana de nuestra Diócesis. A todos se les pide cooperación espiritual y material y la Parroquia se encargara de pulir el recurso humano.
COMO PÁRROCO ESTOY CONTENTO CON ESTE GRUPO DE MISIONERO, LES VEO ENTUSIASMADO POR LA MISIÓN, CON DESEOS DE SALIR FUERA DE NUESTRAS FRONTERA, TENGO FE ESPERANZA EN ESTE GRUPO DE MISIONEROS. QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE CUMPLIR CON SU MANDATO MISIONERO.
Jesús nos llama a vivir en comunión para la misión. Así, el fruto de la animación, formación y comunión misioneras se ve, ante todo, en la cooperación misionera.
Todos los cristianos, en virtud de nuestro Bautismo, somos corresponsables de la actividad misionera (RM 77). La participación de nuestras comunidades y de cada uno de nosotros en este derecho-deber es lo que se llama "cooperación misionera" (RM 77).
Por ser cristianos no podemos no ser misioneros. Somos corresponsables de cada una de las actividades misioneras que se realizan en el mundo entero.
Muy unidos a Jesús como el sarmiento a la vid (cf. JN 15, 5), podemos producir muchos y buenos frutos.
El testimonio de nuestra vida de cada día nos permite “dar mucho fruto” en la misión de la Iglesia, es decir que nuestros gestos, palabras y actitudes, constituyen el fundamento de la cooperación misionera.
La cooperación misionera universal es signo de la madurez de la fe y de una vida cristiana que produce frutos (RM 77)
Podemos afirmar que la misión es cuestión de fe y de amor: tanta fe y tanto amor tengamos, tanta cooperación misionera haremos. En nuestra cooperación misionera se mide nuestra fe y nuestro amor como discípulos y misioneros de Jesús. Nuestra fe y nuestro amor se expresan en nuestra cooperación misionera y crecen con ella.
Así, la cooperación misionera va mucho más allá de dar una moneda o de ofrecer algunas oraciones por las misiones. La llamada es a ser misionero con todo nuestro ser: con nuestra vida, nuestro trabajo, nuestros bienes, nuestro tiempo. Ser misioneros continuamente y siempre. Ser misioneros en nuestra comunidad local y para el mundo entero