¿Cómo hemos de vivir los cristianos el Evangelio? Hemos de vivirlo construyendo un mundo más humano, que busque siempre establecer el Reino de Dios, haciendo referencia de que el otro es mi hermano, tal como lo quiere Dios. No es por lo mismo válido destruir a al otro por conseguir riquezas y poder. No es tampoco valido el abandonar a Dios por conquistar los poderes del mundo. Algunos se obsesionan pasando la vida gastándola en cosas secundarias y accidentales que hacen de los otros reduciéndolos a meros objetos.
El Evangelio sigue dándonos pautas que marcan el camino de la santidad y salvación. El domingo pasado se nos habló del convivir entre hermanos por medio del perdón y el amor. Hoy en este Evangelio nos hablará que llegara la presencia de Dios despojado, sin olvidar el amor al prójimo. Hay que tener en cuenta que el Evangelio no llama a la ociosidad o despreocupación por el trabajo cuando usa los ejemplos de los pajarillos o de los lirios. Ya que el trabajo dignifica al ser humano, es el medio por el cual el hombre puede ganarse el sustento diario. El Señor no niega la necesidad de trabajar esforzadamente para ganarse el sustento. Sino más bien nos invita a mantenernos siempre dispuestos a trabajar por ganar el sustento y trabajar por la construcción de un mundo más humano. Otro de los objetivos que Jesús recalca es fortalecer en sus discípulos la confianza en Dios, pues Él es un Padre providente que ama a sus hijos y vela por sus necesidades.